Hoy os hablaré de las garcillas bueyeras (bulbucus ibis), aparentemente
inofensivas siempre detrás de un mamífero de gran porte quitándole los
bichillos y eso.
Sabía que podían comer alguna lagartija o rana que otra, pero…
¿un gorrión?
Os cuento mi situación: iba caminando por el zoo botánico de
jerez cuando me encuentro una cría de gorrión (pensé: mira que bonita,
seguramente se habrá caído del nido y espera ansiosamente a su madre)
La verdad es que no encuentro explicación para esta conducta
de la garcilla, solo puedo suponer que tenía mucha hambre.
Qué buen documento.. te han quedado superchulas las imágenes.. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias Ana,aunque parece que no,cuanto más intentaba acercarme,más se alejaba con el gorrión en la boca,hasta se montó en un jaulón como aparece en la ultima foto jaja
EliminarSalu2
Por Asturias tengo visto a las garzas reales hacer lo mismo con los pollos del ánade azulón, cuando el hambre aprieta las por otra parte majestuosas garzas comen lo que les entre...
ResponderEliminarPues sí visto lo visto,no le hacen asco a nada jeje
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